jueves, 16 de agosto de 2007

Los varones, esbeltos, tenían una complexión atlética muy definida, sin llegar de ninguna manera a la extravagancia de los aficionados y profesionales del físico culturismo; las mujeres, de la misma manera, y de la misma estatura que los varones, denotaban en sus ajustados trajes, toda la feminidad y belleza, sin las exageraciones de la sensualidad.Formaron frente a mí un semi círculo, y todos me miraban plenos de una ternura infinita, y expresando en sus ojos eso que se llama amor.Pude ver y apreciar que cada uno de ellos, era un ser como nosotros, y por un momento pensé que eran suecos o noruegos, hasta que uno de ellos, interrumpió mis elucubraciones, diciendo: "Somos del planeta Venus... "Luego me di cuenta de que había una otra persona, pero, que no tenía las características de mis interlocutores, sino, que tenía la piel morena azulada, los ojos negros, y se hallaba vestido al estilo oriental, supuse seria un árabe, lo que posteriormente confirmé; así mismo había un otro ser, diferente a todos, parecía de mayor edad, diría mejor, de una edad imprecisable, quien era el "comandante" o guía de la "expedición".Ahí, en el interior de esa "esfera dorada", o nave cósmica, u O.V.N.I., pude ver que todos y cada uno de nosotros, es decir, los siete venusinos, el árabe y yo, estábamos conformados dentro de los patrones de nuestra anatomía general, o sea con dos brazos, dos manos y cada una con cinco dedos.Todos con dos ojos, pestañas y cejas, una nariz, una boca formada por dos labios y sus dientes y la lengua; y, casi olvido, todos nos sosteníamos en dos piernas. Ninguno de los venusinos, era deforme, achatado, o monstruoso, o cubierto de gruesas escamas, etc. Todos eran realmente humanos, muy humanos.Me he permitido relatar muy brevemente mi experiencia, en razón de que, las especulaciones periodísticas, las revistas y libros de ciencia ficción, la ignorancia clerical, la intolerancia científica, y la mediocridad conceptual de la gente, se halla tergiversando la realidad de las Naves Cósmicas, o Platillos Voladores, u OVNIS, así como de sus tripulantes. Por los diálogos sostenidos, y los estudios realizados, y las posteriores experiencias de esta naturaleza, que tuve gracias a los AMIGOS venusinos, me hallo en condiciones de afirmar que los seres humanos que habitan muchas de las moradas planetarias, de ninguna manera son repulsivos, asqueantes, o monstruosos; mas al contrario, sea cual fuese la "raza" cósmica o planetaria, todos ellos son bellos en la extensión plena de la palabra.La belleza de nuestros hermanos extraterrestres, no sólo es física, sino que también poseen una belleza psíquica, de la cual carece el petulante habitante de nuestro bello planeta. El Supremo Creador, no importa el nombre con el que se lo conceptúe, ha preparado "muchas moradas" en el cosmos infinito, en las que la obra magna de su creación hecha " ... A SU IMAGEN Y SEMEJANZA" se esmera por cumplir con la voluntad divina, transcrita ésta en los antiquísimos textos sagrados de todas las santas religiones Si alguna vez, amigo, tienes la oportunidad de encontrarte frente a una nave cósmica, no temas; quizás seas tú, un escogido para el gran éxodo que se avecina. Si quieres saber algo más en tomo a este tema, por favor escribe a la siguiente dirección: revista@rosacruz.org.ar
Juan Torrez

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