jueves, 16 de agosto de 2007

SOBRE LA APARENCIA FISICA DE LOS EXTRATERRESTRES

La noticia sensacionalista y amarilla, de la asistencia de medicos rusos al parto de un bebe extraterrestre, ignoro, que propósitos pueda tener, lo cierto es que en tomo al tema OVNI, asi como en lo referente a nuestros hermanos que viven mas allá de nuestra atmósfera, se han elucubrado los conceptos más aberrantes, por lo que, aprovechando la sección "INSOLITO" de INTI MAGAZINE, me cabe manifestar sin temor alguno al fanatismo, a la ignorancia, ni a lo desconocido; que tales versiones, desde ningún punto de vista pueden ser veraces, y que sólo tienen la intención de llenar el vació periodístico de ciertos seminarios, cuando no el de crear una atmósfera de miedo, escepticismo, y rechazo a la inteligente realidad existente en otros planetas del cosmos.Cuando el señor Jorge Adamsky, reveló al mundo sus "contactos" con seres que se identificaron como habitantes de nuestro vecino Venus, al margen de toda burla y compasión, tuvo la valentía de mostramos una verdad: Los Extraterrestres, no son de ninguna manera monstruosos en apariencia, sino que, al contrario, tienen toda la conformación humana, y que además de ser exponentes de una singular belleza física, son también cultores de la paz, la ciencia, el respeto a la vida, etc.Mas la intensión de la presente nota, no es la de hacer resaltar los méritos de quienes fueron muy lejos en esta materia, sino, de aportar con mi pequeña experiencia, al conocimiento e investigación de lo que en la actualidad es conocido como O.V.N.I. o UFOLOGIA, así mismo, sembrar en la inquietud latino americana una semilla de investigación en torno al fenómeno OVNI, por lo que brevemente referiré una experiencia mía.Cumplía 27 años. Recibí el saludo cariñoso de mi familia, así como algunos presentes de amigos y compañeros de trabajo. Pero, el más grande regalo que me brindó la Vida, en ese tiempo de mi Juventud. Cuando terminé la jornada, sentí una necesidad de caminar, de estar solo. Discretamente, dejé el hogar, y fui rumbo a la soledad de la noche respirando la brisa fresca del otoño. Bajé hasta la estación de los ferrocarriles, desde donde divisé una brillante estrella a la que confundí con el planeta Marte. Seguí mi caminata hasta llegar al lugar denominado "Las delicias", donde respirando el puro aire de la noche y del campo, pude darme cuenta de que la "estrella" se había desplazado mucho más de lo normal en relación a su posición astronómica, y se veía casi del tamaño de una pelotita de ping pong. No puse mucha atención al hecho, ya que la astronomía no es mi fuerte, y continué mi paseo entre pajonales, tholas, yaretas, y el croar de algún batracio en el cantarín riachuelo. Eran cerca de las once de la noche, y el frió otoñal invitaba a buscar el calor hogareño. La blanca luna iluminaba el panorama, y mi pequeña ciudad con sus lucecitas de colores, se veía tan distante, que me dispuse a regresar de inmediato. Ni bien había caminado un corto trecho, una luz dorada baño mis espaldas, y supuse que algún vehículo estaba tras mío y que me acercaría a la ciudad. Más, al no escuchar ningún ruido, me di vuelta inmediatamente, y recibí la más grande sorpresa de mi vida. ¡Una enorme esfera de color rojo naranja, se hallaba justo a mis espaldas... quieta, majestuosa, enigmática! Mi asombro no tenía límites, y no atinaba a hacer nada, ni correr, ni acercarme al extraño objeto…Pasó un tiempo, corto o largo, no lo sé, en el que el brillo o resplandor de la esfera dorada, disminuyó, y dio lugar al surgimiento de una intensa luz azul celeste que se desprendía de la parte inferior.Se dibujaron inicialmente dos siluetas, posteriormente otras dos, las que finalmente se hicieron plena y totalmente visibles, y avanzaron suavemente hacia mí. Una voz sonora, suave, me dijo claramente: "No temas... "Unas níveas manos, me tomaron de los brazos, y me condujeron hasta el interior de la dorada esfera, donde una luz celeste blanca dominaba un espacioso compartimiento.Me invitaron a sentarme en un pequeño y cómodo sillón y silenciosamente procedieron a observarme. No del todo repuesto de la grande sorpresa, pude ver a tres parejas jóvenes, vale decir tres varones y tres mujeres, que denotaban una belleza incomparable. Pude ver en ellos, una sinceridad a toda prueba, una veracidad que se confirmaba con el brillo de sus limpios ojos.

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